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Trastornos de la conducta alimentaria

Autora: Psic. Elsa Rojo R.

Trastornos de la conducta alimentaria


RESUMEN:

 
Los trastornos que implican alteraciones graves relacionadas con la ingesta de comida y una preocupación excesiva por la alimentación, el peso y la imagen corporal, se conocen como trastornos de la conducta alimentaria. Su origen es multifactorial. Los más comunes son: la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno por atracón.
 
 

¿Qué son los trastornos de la conducta alimentaria?

 

 

             Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) constituyen un grupo de trastornos psicológicos que se caracterizan por presentar alteraciones en la conducta alimentaria, la aparición de comportamientos encaminados a controlar el peso y una gran preocupación por la imagen corporal; teniendo como consecuencia problemas físicos y del funcionamiento psicológico y social de la persona.

             Estos trastornos afectan en mayor medida a mujeres durante el periodo de la adolescencia y la primera juventud, aunque en los últimos años ha ido evolucionando este perfil. Actualmente, se ha observado un aumento de casos en mujeres de mediana edad, en niñas más jóvenes y en hombres. Esto último, se debe a que se ha reducido el estigma social que, frecuentemente, suele asociar estos trastornos al género femenino y que cada vez existe mayor presión en relación a los cánones de belleza masculina.

 

¿Qué tipos de trastornos de la conducta alimentaria existen?

 

       Los más comunes son la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno por atracón.

             La anorexia nerviosa se caracteriza por una reducción de la ingesta nutricional, miedo intenso a ganar peso y una alteración de la percepción del propio cuerpo, lo que va a conducir a una pérdida significativa de peso. Para conseguirlo, la persona lleva a cabo diferentes comportamientos persistentes: a través de la dieta, el ayuno y/o la actividad física excesiva (anorexia de tipo restrictivo); o mediante episodios de atracones o purgas, por ejemplo, vómitos autoinducidos, uso excesivo de laxantes, diuréticos, etc. (anorexia de tipo purgativo). Además, presentan baja conciencia de enfermedad. Las personas con este trastorno suelen mostrar rasgos de personalidad que se caracterizan por un elevado perfeccionismo, sentido de responsabilidad y sensibilidad a las críticas de los demás.

             La bulimia nerviosa está caracterizada por la existencia de episodios recurrentes de atracones, en los que se ingiere gran cantidad de alimentos en un periodo corto de tiempo, de manera incontrolada y generalmente en secreto, lo que permite que el trastorno pueda mantenerse oculto más tiempo, ya que no conlleva necesariamente pérdida de peso. Tras la ingesta, utilizan conductas compensatorias (vómito, ayuno, ejercicio excesivo…). Suelen presentar miedo a engordar o a subir de peso por su falta de autocontrol con la comida, lo que a su vez les genera un gran sentimiento de culpa. Presentan intolerancia a la frustración, insatisfacción, impulsividad y tendencia al aislamiento social, puesto que los atracones y las conductas compensatorias se realizan en solitario. Cuando el atracón no se asocia a la presencia de un comportamiento compensatorio, hablaríamos del trastorno por atracón.

 

¿Por qué se producen?

 

         No hay una sola causa que explique la aparición de los trastornos de la conducta alimentaria, es decir, su origen es multifactorial. Los factores que normalmente están asociados a estos trastornos son:

  • Factores biológicos y genéticos, relacionados con la presencia de antecedentes familiares con problemas psicológicos de tipo afectivo y de la conducta alimentaria.
  • Factores psicológicos, vinculados con rasgos de personalidad ansiosa, insegura o perfeccionista; baja autoestima, distorsión de la imagen corporal, estilos de pensamiento muy rígidos o inflexibilidad para hacer cambios, entre otros.

Cuando hablamos de imagen corporal, nos referimos a la idea que tenemos en nuestra mente sobre cómo es nuestro cuerpo. Cuando esta imagen es negativa, la persona tiende a tener una percepción distorsionada de su cuerpo que se ve influida por creencias irracionales, bajo estado de ánimo, recuerdos negativos, presión social y cultural o la discrepancia entre cómo percibe su cuerpo y el ideal que quiere alcanzar. La aceptación del propio cuerpo es uno de los aspectos que se trabajan durante el tratamiento.

  • Factores familiares, referentes a modelos familiares de sobreprotección (que dificultan el desarrollo personal), pobre comunicación familiar, actitud crítica por parte de los padres hacia la figura y el peso, los hábitos y estilo de alimentación, etc.
  • Factores socioculturales: en nuestra sociedad y cultura, predomina un canon de belleza que, a través de los medios de comunicación y las redes sociales; fomenta la idea de delgadez en las mujeres y de cuerpos musculosos en los hombres como sinónimo de valores relacionados con el éxito personal, la seguridad y la aprobación social. Así mismo, estos factores tiene especial relevancia en la época de la adolescencia, marcada por la presión de grupo y la aceptación de los iguales.

 

Indicadores para detectar un posible TCA

 

Las señales de alerta más comunes que podemos encontrar son:

  • Relacionadas con la dieta y la alimentación: dietas restrictivas, control excesivo sobre los alimentos que consumen, sentimientos de culpa cuando comen, descompensaciones en las cantidades, tipos de comidas o en los horarios; rituales y manías a la hora de comer (cortar la comida en trozos muy pequeños o masticar mucho) o ir al baño después de las comidas.
  • Relacionadas con el peso: cambios de peso significativos sin explicación, uso de laxantes, ejercicio excesivo o hiperactividad, ausencia o pérdida de la menstruación (amenorrea), molestias digestivas o estreñimiento.
  • Relacionadas con factores psicológicos y la imagen corporal: ocultar su físico (llevando ropa holgada) o mostrarlo constantemente buscando la aceptación de los demás, insatisfacción con el cuerpo, la figura y el peso; distorsión de la imagen corporal, exigencia y perfeccionismo en todo lo que hace.
  • Relacionadas con el comportamiento: aislamiento social (peores relaciones familiares y distanciamiento de amistades), irritabilidad, abandonar actividades que antes resultaban placenteras o alteraciones en el rendimiento académico o laboral.

 

Bibliografía

Gómez, J. A., Gaite, L., Gómez, E., Carral, L., Herrero, S., & Vázquez-Barrero, J. L. (2018). Guía de Prevención de los Trastornos de la Conducta Alimentaría. Consejería de Sanidad y Servicios Sociales, 3-131.

Molero, C.O. et al. (2020). Trastornos de la conducta alimentaria. Guía para pacientes, familiares y profesionales. Elca, Unidad Multidisciplinar de la Conducta Alimentaria.

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